Hace más de 10 años que estoy afiliada al Partido Popular y 6 que soy concejal en Sant Feliu. Ya me he acostumbrado a que cuando me pongo hablar de política con alguien conocido (o no) me digan: – Si alguna vez entras en el gobierno ya me colocarás, ¿no? Al principio les explicaba que en una administración pública no se puede contratar sin pasar por controles y pruebas de acceso. Con los años he pasado a responder con una sonrisa de medio lado.
La sonrisa de medio lado tristemente está ya más que justificada. Veo con no poca frecuencia contrataciones de nuestro Ayuntamiento que legalmente son irreprochables, pero moralmente podríamos debatir su oportunidad. Cuando un proceso de selección acaba con una entrevista personal es imposible demostrar la parcialidad o no del proceso. Cuando las pruebas de selección no son eliminatorias es mucho más fácil llegar hasta el candidato preseleccionado para el puesto. Estos casos difícilmente son denunciables porque legalmente cumplen todos los requisitos.
De maniobras en el departamento de Recursos Humanos supongo que todos los Ayuntamientos van bien cargados, pero aquí en Sant Feliu nos encontramos hace semanas uno que realmente clamaba el cielo. La concesión de una “bestreta” (anticipo del sueldo a un trabajador) que superaba por mucho la cantidad máxima permitida, que no había pasado por el Consell Social y que todo apunta que el trabajador lo necesitaba para llegar a un pacto con Fiscalía para evitar su inhabilitación por actuaciones irregulares mientras era representante político en otro Ayuntamiento. Si esto lo hace un alcalde del PP me puedo imaginar lo que habrían dicho los mismos que firmaron la concesión de 19.000€.
ERC denunció el caso públicamente, el Alcalde rectificó y el funcionario devolvió el dinero de más. Pero por una vez que se había podido demostrar que no todo se hace impecablemente en nuestro Ayuntamiento no podía quedarse así sin responsabilidades políticas. ERC y Veïns presentaron en la junta de portavoces una moción para reprobar la actuación por la concesión de la bestreta a la que me sumé.
Por primera vez la oposición teníamos la oportunidad de dejar constancia en acta que no estábamos conformes con la gestión del Ayuntamiento de Sant Feliu. Pero Ciudadanos sorprendentemente se abstuvieron y así el Alcalde se salvó de la reprobación. Para mi no es importante estar reprobado o no. Yo misma lo fui hace un par de años y se vive igual. La rectificación y la devolución del dinero ya demuestra por sí misma que esa “bestreta” no había seguido el procedimiento correcto. Así que si alguien me dice a partir de ahora: -Cuando gobiernes ya me prestarás 19.000 € a devolver en 10 años con interés 0. En vez de responderle que esas cosas no se hacen, le sonreiré de medio lado.
Elisabet Ortega
Deja una respuesta