Como todos percibimos en el ambiente, vivimos tiempos revueltos en Cataluña con el tema independencia. Unos lo viven más que otros pero aquí todos tenemos nuestra opinión respecto al tema.Es fácil apreciar el adoctrinamiento que están llevando a cabo partidos políticos como ERC, CiU o la CUP, así como asociaciones como Assamblea Nacional Catalana (ANC). Sí, hablo de adoctrinamiento al pueblo y sobre todo al sector adolescente, su objetivo de reclamo. Desde el mandato de Artur Mas y finalmente la coalición de gobierno ERC-CiU, se ha desafiado al Estado español y se ha provocado un ambiente de crispación entre los catalanes.
Yo siempre me hago la misma pregunta: ¿Qué ganamos los catalanes con la independencia? Desde el Govern solo se nos dice lo bueno, al fin y al cabo, propaganda sensacionalista! Hay que pararse a pensar y tener en cuenta la opinión de la Unión Europea que, por cierto, no incluye en sus planes a una Cataluña independiente. También cabe destacar que para que un estado entre a formar parte de la UE, se debe producir la aprobación unánime de todos los Estados miembros, y en una posible independencia de Cataluña, España se opondría rotundamente a una Cataluña dentro de la UE. Desde la presidencia de la Generalitat también se nos dice que económicamente iremos mejor, ya que actualmente “Madrid ens roba”. ¿Realmente es Madrid o era Jordi Pujol? ¿Si el Estado español (se supone) nos debe “no sé cuantos” millones de euros, por qué se destina el dinero de todos los catalanes a campañas pro-consulta? ¿Por qué no se invierte más en los catalanes? Recuerdo que el 30% de la población catalana está bajo el umbral de la pobreza, mientras que en la UE la pobreza no sobrepasa el 20%, según “El País”.
Pongámonos en una hipotética independencia. Muchas empresas españolas se verían obligadas a abandonar Cataluña a causa de la implantación de excesivos aranceles (que como Cataluña no percibirá ya dinero del Estado español deberá conseguirlo en el comercio), impidiendo así la venta de productos al resto de España.
La financiación bajará a niveles paupérrimos hasta el punto que el Estado catalán deberá financiarse mediante los impuestos de sus ciudadanos. De esta manera aumentarán los impuestos, la capacidad adquisitiva de los catalanes estará muy por debajo de lo que estaba en tiempos de total crisis en España. En otras palabras, si el ciudadano paga muchos impuestos, sus ingresos bajarán y no podrá mantener su nivel de consumo, por lo que los comercios subirán el precio de los productos. En resumen, muchos impuestos y poco consumo conllevan al aumento del índice de pobreza catalán.
Socialmente, la división del pueblo catalán entre “catalanes y españoles” será tan grande que desembocará en odio y conflicto, dificultando así la convivencia y el orden público.
Desde el punto de vista político y legal, Cataluña habría conseguido la independencia de manera ilegal y a través de la violencia, puesto que la ley habría sido violada para conseguirla.
¿De verdad queremos eso? ¿De verdad queremos la separación actuando al margen de la ley y enfrentándonos entre ciudadanos?
De este modo, el proceso independentista no lleva a buen puerto. Todo se está haciendo mal y en contra de la ley. ¿Realmente se puede hablar de democracia imponiendo dos preguntas en una consulta que viola la Constitución española? Hace pocos días el Parlament aprovó la Ley de Consultas, que seguidamente fue recurrida por el Partido Popular y rechazada por el Tribunal Constitucional, y aún así el Govern sigue desafiando al Estado español y desde ERC y la CUP se hace una llamada a la desobediencia. ¿Sale a cuenta la independencia realmente? ¿Es necesario vernos en tan mala situación para aceptar que todo este proceso no es más que un engaño y una utopía? Juzguen ustedes.
Daniel Castillero
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