El precio del mal gobierno es la fuga de empresas, el mayor crecimiento del desempleo, la pérdida de inversiones, la incompetencia en la gestión, el despilfarro y el endeudamiento. Mientras la Generalitat se sume en el caos, los restauradores catalanes claman en la calle: “Ayuso ven aquí”.
Impulsaremos una agenda de libertad y prosperida
- Bajaremos los impuestos a las rentas medias y bajas y a aquellos que creen puestos de trabajo.
- Aprobaremos un plan de choque para los sectores afectados por la pandemia y la Generalitat.
- Reduciremos el número de organismos públicos.
- Profesionalizaremos la administración.
- Desburocratizaremos y reduciremos las trabas a las empresas.
- Reindustrializaremos Cataluña teniendo en cuenta las prioridades de sostenibilidad medioambiental, la creación de empleo de calidad y la digitalización.
- Obtendremos una financiación más justa para reforzar la sanidad.
- Y liberaremos la sociedad civil con unas instituciones neutrales y al servicio de todos los catalanes.
¿Sabías que…?
El endeudamiento de la Generalitat no ha dejado de crecer. Según los datos del Banco de España en el tercer trimestre del 2020, ha alcanzado los 78.292 millones de euros mientras que la deuda Madrid es de 34.801 millones de euros. La deuda por cápita en Cataluña es de 10.438 euros, duplicando la deuda de los madrileños.
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