El independentismo es la historia de un enorme engaño. Mintieron a la gente cuando dijeron que una Cataluña independiente seguiría en Europa. Era falso. La Unión Europea y toda la comunidad internacional les dieron la espalda. Lo que sí tuvo un respaldo unánime de la comunidad internacional fue la actuación del Gobierno de España ante su insensato e ilegal desafío.
La “agenda del procés” demuestra la mentira. Hoy sabemos que eran conscientes de sus mentiras. Mientras contaban el cuento de una Cataluña independiente sin coste alguno, sabían que podían provocar un desastre económico y tenían miedo de convocar un referéndum ilegal. Pero dio igual: su estrategia fue perpetrada por una trama organizada que utilizaba métodos contrarios a la ley.
Temían el ridículo y querían un gobierno débil. Temían las consecuencias económicas que siempre han negado en público: “¿Qué harán las grandes empresas del país?”, se preguntaba Artur Mas. “O garantizamos la seguridad o algunos actores nos girarán la espalda”, preconizaba. Pero la “agenda del procés” concluía que necesitaban “épica”. Lo peor que ocultaron toda su trama a los catalanes.
Es de máxima importancia tener un Gobierno fuerte, para que se recupere la ley. Con sólo 137 diputados en el Congreso, el Gobierno del PP aplicó la ley, supo pactar con los partidos constitucionalistas y cesó a los gobernantes que habían roto la ley en la Generalitat. Gracias a esa decisión, en Cataluña se recuperó la legalidad. En ese mismo día, Rajoy convocó las elecciones del 21D.
Es necesario que se recupere el diálogo. El Partido Popular tiene la firme voluntad de dialogar con todos, siempre dentro de la ley. Un PP fuerte en el Parlament es la única garantía de que el Gobierno que salga de las urnas trabajará por una Cataluña que siga siendo siempre parte principal de España y Europa. El resto de partidos siguen siendo a día de hoy poco claros en sus futuras intenciones de pactos.
Es necesario que se recupere la sensatez. Votar al Partido Popular es votar por la solución de los problemas que preocupan a los catalanes: la seguridad jurídica, la normalidad en la calle, la convivencia, la buena gestión, la recuperación del empleo, la vuelta de las empresas y el regreso a la pujanza económica y el bienestar… sin sorpresas ni estridencias.
Por todo eso sabemos que el PP es la solución. El voto útil para los catalanes es el voto al Partido Popular. Lo que hemos defendido en el conjunto de España tras las elecciones generales es lo que vamos a defender en el Parlament de Cataluña: la Constitución y la recuperación económica. Lo demostramos cada día en todos los Parlamentos y en todas las instituciones. Y lo seguiremos haciendo en Cataluña, como en el conjunto de España, a partir del 22D.
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